¿De dónde vienen las guerras y los conflictos? Una mirada a Santiago 4:1

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En un mundo lleno de conflictos, guerras y divisiones, es natural preguntarse: ¿De dónde vienen estas cosas? ¿Por qué parece que la humanidad está constantemente en guerra consigo misma y con los demás? El apóstol Santiago, en su carta, nos ofrece una respuesta contundente a esta pregunta, una respuesta que nos invita a la introspección y a la transformación personal.

En Santiago 4:1, leemos: "De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No vienen de vuestras pasiones que combaten en vuestros miembros?" Esta frase es una poderosa llamada a la reflexión sobre la fuente de nuestros conflictos. Santiago no nos habla de diferencias políticas, ideologías o recursos, sino que apunta a la raíz del problema: nuestras propias pasiones.

Las Pasiones: Un Campo de Batalla Interior

Imaginemos nuestro cuerpo como un campo de batalla. En este campo, las diferentes pasiones, deseos y ambiciones luchan por el control. Unas buscan la satisfacción egoísta, otras la dominación, otras la venganza. Esta lucha interna, esta batalla por el control de nuestros deseos, termina desbordándose hacia afuera, manifestándose en guerras, conflictos y peleas.

Ejemplos de Pasiones que Generan Conflictos

Santiago no se limita a hablar de pasiones en abstracto. Él identifica algunas de las más comunes que generan conflicto:

  • La codicia: Desear lo que no tenemos, anhelar más y más, sin importar el costo para los demás.
  • La envidia: Amargura y resentimiento por el éxito o los bienes ajenos.
  • El orgullo: Creer que somos superiores a los demás, menospreciar a quienes nos rodean.
  • La ira: Deseo de venganza, deseos de hacer daño a quienes nos han ofendido.
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Estas pasiones, cuando no se controlan, se convierten en una fuerza destructiva que genera discordia, violencia y separación.

La Solución: Dominar las Pasiones

Santiago no nos deja en el desánimo. Él nos ofrece la solución: "Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros." (Santiago 4:7). Para vencer las guerras internas y externas, necesitamos someternos a la voluntad de Dios. Esto significa poner nuestras vidas en sus manos, buscar su guía, y permitir que su amor transforme nuestros deseos egoístas en deseos de bien para nosotros y para los demás.

Pasar de la Batalla a la Paz

La lucha contra las pasiones no es fácil, pero es posible. Debemos dedicar tiempo a la oración, a la meditación en la Palabra de Dios, a la búsqueda de su voluntad. Debemos cultivar virtudes como la humildad, la paciencia, la compasión y el perdón. Al hacerlo, vamos transformando nuestro corazón y creando un espacio para la paz, tanto interna como externa.

Santiago 4:1 no es solo una advertencia, sino una invitación. Es una invitación a mirar hacia adentro, a reconocer nuestras propias pasiones y a luchar por una vida guiada por el amor y la paz. Es una invitación a construir puentes de comprensión y perdón, y así contribuir a un mundo más justo, más pacífico y más lleno de esperanza.

Preguntas Frecuentes

¿De dónde vienen las guerras?

De vuestras concupiscencias, las cuales batallan en vuestros miembros.

¿De dónde vienen las guerras?

De vuestras concupiscencias, las cuales batallan en vuestros miembros.

¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros?

De vuestras concupiscencias, las cuales batallan en vuestros miembros.

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