Reflexión sobre la Espera de la Segunda Venida y la Misión del Espíritu Santo

El Propósito de la Pausa Post-Resurrección

Es comprensible cuestionarse por qué Jesús no instauró el fin de los tiempos inmediatamente después de su resurrección. ¿Por qué partió y por qué ha tardado tanto en retornar? La Escritura en 2 Pedro 3:8-10 nos ofrece una perspectiva divina del tiempo, indicando que lo que para nosotros puede parecer una larga espera, para Dios es apenas un momento. Esta dilación no es un signo de tardanza o desinterés, sino de paciencia divina, con el deseo de que nadie perezca y todos alcancen la oportunidad de arrepentirse.

La Recolección de los Elegidos

Según Mateo 24:30-31, la demora en la parusía —el retorno de Cristo— tiene como fin la reunión de los elegidos. En este periodo intermedio, Jesús, como el buen pastor, busca reunir a su rebaño antes de la consumación de los tiempos. Esto implica un tiempo de misión para los discípulos, quienes están llamados a hacer discípulos a todas las naciones, bautizarlos y enseñarles a obedecer los mandamientos de Jesús (Mateo 28:18-20), y ser sus testigos (Hechos 1:8).

La Misión del Espíritu Santo

La ausencia física de Jesús permite que el Espíritu Santo obre en el mundo. J.I. Packer señala que la tarea pospentecostés del Espíritu es mediar la presencia, palabra y actividad de Cristo entronizado. El Espíritu Santo, entonces, es quien hace a Cristo conocido y cercano a nosotros, permitiendo que la presencia divina habite en los creyentes y los guíe.

Exégesis: Juan 16:4b-15

La Preparación para la Persecución y la Ascensión

En Juan 16:4b-15, Jesús prepara a sus discípulos para los tiempos venideros. "Estas cosas" —la persecución— no fueron mencionadas antes porque Jesús estaba con ellos. Ahora, al partir, cambia el enfoque de su ministerio hacia ellos. Les promete el Espíritu Santo, quien los ayudará y guiará en su ausencia.

Leer  Salmo 1:1-3: La Bendición de los Rectos

La Promesa del Consolador

La venida del Espíritu Santo es descrita como ventajosa para los discípulos. Este Consolador no solo los empoderará sino que les permitirá tener comunión con Cristo de una manera más íntima y personal, estando presente en cada uno de ellos de una manera que Jesús, en su forma humana, no podía.

La Convicción del Mundo

El Espíritu Santo tendrá la función de convencer al mundo acerca del pecado, la justicia y el juicio, iluminando la necesidad de redención y la realidad de la victoria de Cristo sobre el mal.

Conclusión: Vivir en la Actualidad de la Promesa

Como creyentes, vivimos en la realización de las palabras de Jesús. Aunque Él ha ascendido, la obra de redención está completa. Mientras esperamos su retorno, se nos ha otorgado la misión de hacer discípulos y se nos ha dado el Espíritu para asistirnos. Debemos:

  • Estudiar las Escrituras y vivir fieles a Cristo.
  • Confiar en el Espíritu para obtener ayuda, consuelo y fortaleza.
  • Reunir a las ovejas en el redil.
  • Consolarnos mutuamente mientras esperamos el retorno de Jesús.
  • Recordar que Jesús reina sobre todas las cosas.
  • Anhelar Su venida.

El tiempo de espera no es un período vacío, sino uno lleno de propósito y misión, donde la presencia continua de Jesús se manifiesta a través del trabajo vivificante del Espíritu Santo en y a través de su iglesia.

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