El Temor que Libera: Una Reflexión sobre Lucas 12:5

En el corazón del Evangelio de Lucas, encontramos un pasaje que resuena con una profunda verdad: "Pero yo os mostraré a quién debéis temer: temed al que, después de matar, tiene poder para arrojar al infierno; sí, os digo: a éste, ¡temed!" (Lucas 12:5). Estas palabras, tan directas y contundentes, nos invitan a reflexionar sobre la naturaleza del miedo y la verdadera fuente de nuestra seguridad.
Más Allá del Miedo Terrenal
A menudo, el miedo nos paraliza. Tememos perder nuestros bienes, nuestra salud, nuestras relaciones. Estos miedos, aunque legítimos en cierta medida, no son los que Jesús nos advierte. El temor que Él nos insta a considerar es un temor más profundo, un temor que trasciende los límites de lo terrenal. Es un temor que nace del reconocimiento de la justicia divina y las consecuencias eternas de nuestras elecciones.
El Poder de Dios, la Fuente de Nuestro Temor
El texto de Lucas 12:5 nos presenta a Dios como el único que tiene el poder de matar y de lanzar al infierno. No se trata de un Dios cruel, sino de un Dios justo que exige responsabilidad por nuestras acciones. Este temor no debe ser un miedo paralizante, sino un profundo respeto y reverencia por la autoridad de Dios.
Un Temor que Nos Libera
El temor a Dios, según Lucas 12:5, no es un miedo que nos esclaviza, sino que nos libera. Al reconocer el poder de Dios y la realidad de la justicia eterna, nos alejamos de la búsqueda de seguridad en las cosas terrenales y nos enfocamos en lo que realmente importa: la relación con Dios.
Este temor nos impulsa a:
- Arrepentirnos de nuestros pecados: Entendiendo que nuestras acciones tienen consecuencias eternas, nos esforzamos por vivir vidas justas y agradables a Dios.
- Buscar la voluntad de Dios en todo: Nuestra vida se centra en conocer y cumplir la voluntad divina, buscando la guía de Dios en cada decisión.
- Crecer en la fe: El temor a Dios nos impulsa a fortalecer nuestra fe en Él, buscando su protección y su gracia.
Un Llamado a la Confianza
Si bien Lucas 12:5 nos llama a un temor reverencial a Dios, este temor no debe confundirse con el miedo. Se trata de una confianza profunda en su amor y justicia. Es un reconocimiento de que, aunque Él tiene el poder de castigar, también tiene el poder de salvar.
El verdadero temor a Dios nos lleva a buscar su perdón, su gracia y su guía en todos los aspectos de nuestra vida. Nos impulsa a vivir con esperanza, sabiendo que en Él encontramos nuestra verdadera seguridad.
Preguntas Frecuentes sobre Lucas 12:5
¿Quién es el que debemos temer según Lucas 12:5?
Debemos temer a Dios, quien tiene poder para matarnos y después arrojarnos al infierno.
