El Poder de la Autoridad: Un Análisis de Lucas 10:1-9
En el Evangelio de Lucas, capítulo 10, versos 1-9, Jesús envía a sus discípulos a predicar y sanar en su nombre. Este pasaje nos ofrece una profunda enseñanza sobre la naturaleza del poder que nos da Cristo, y la responsabilidad que tenemos de usarlo para el bien.
La Misión de los Discípulos
Jesús instruye a sus discípulos para que salgan de dos en dos, llevando consigo lo esencial para su viaje. Él les da instrucciones específicas sobre cómo actuar: "No lleven bolsa, ni alforja, ni sandalias; ni saluden a nadie por el camino." (Lucas 10:4). Con estas palabras, Jesús les indica que no se preocupen por las comodidades materiales y que se centren en la misión que les ha encomendado. Esta misión es clara: "Vayan y prediquen, diciendo: 'El Reino de los Cielos está cerca.'" (Lucas 10:9).
El Poder de Jesús en los Discípulos
La clave de esta misión reside en el poder que Jesús otorga a sus discípulos. "Les decía: 'He aquí, yo les doy poder para pisar serpientes y escorpiones, y para vencer toda la fuerza del enemigo; y nada les hará daño.'" (Lucas 10:19). Jesús no solo les da instrucciones, sino que también los equipa con poder sobrenatural para cumplir su misión. Les concede la autoridad para vencer el mal y sanar a los enfermos.
Un Llamado a la Acción
Este pasaje nos invita a reflexionar sobre nuestro propio llamado a la acción. ¿Estamos dispuestos a seguir las instrucciones de Jesús y llevar su mensaje al mundo? Al igual que los discípulos, nosotros también tenemos el poder de Jesús dentro de nosotros, a través del Espíritu Santo.
El Poder del Espíritu Santo
El Espíritu Santo es la fuente de nuestro poder para vencer el mal y hacer el bien. Él nos da fortaleza para enfrentar las dificultades y sabiduría para discernir cómo servir a los demás. Al igual que los discípulos, nosotros también podemos ser enviados a predicar el Reino de Dios y sanar a los enfermos.
Las Enseñanzas del Pasaje
Lucas 10:1-9 nos ofrece importantes enseñanzas para nuestra vida cristiana:
- La obediencia a la voluntad de Dios es esencial para nuestra misión. Debemos estar dispuestos a seguir las instrucciones de Jesús, incluso si nos llevan a lugares incómodos o desafían nuestras comodidades.
- Jesús nos da el poder para vencer al mal. No estamos solos en nuestra lucha contra el pecado y la tentación. Contamos con el poder de Jesús para vencer al enemigo y vivir una vida victoriosa.
- Nuestra misión es compartir el amor de Dios con el mundo. Debemos buscar oportunidades para predicar el Reino de Dios y ayudar a los demás a conocer el amor de Jesús.
Lucas 10:1-9 es un pasaje que nos llena de esperanza y nos inspira a seguir adelante con valentía. Jesús no solo nos envía a predicar, sino que también nos equipa con el poder del Espíritu Santo para cumplir nuestra misión. Al confiar en su poder, podemos vencer el mal y compartir su amor con el mundo.
Lucas 10:1-9
Estas son las palabras que Jesús dijo a sus 72 discípulos, después de haber elegido a setenta y dos, enviándolos de dos en dos delante de él a toda ciudad y lugar adonde él mismo había de ir.
Y les dijo: "La mies es abundante, pero los obreros pocos. Rueguen, pues, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.
Vayan. Miren, yo los envío como corderos en medio de lobos.
No lleven bolsa, ni alforja, ni sandalias; y a nadie saluden por el camino.
En cualquier casa donde entren, digan primero: '¡La paz a esta casa!'
Si hay allí alguien digno de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, volverá a ustedes.
Permanezcan en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que haya allí; porque el obrero merece su salario. No pasen de casa en casa.
En cualquier ciudad a la que entren y donde los reciban, coman lo que les pongan delante.
Curen a los enfermos que haya en ella y digan: 'El reino de Dios se ha acercado a ustedes'.
¿Qué dijo Jesús a sus 72 discípulos?
Jesús dijo a sus 72 discípulos que fueran de dos en dos a todas las ciudades y lugares a donde él mismo iba a ir.
¿Qué les dijo Jesús que hicieran?
Jesús les dijo que dijeran "La paz a esta casa!" en cada casa donde entraran. Si había alguien digno de paz, su paz reposaría sobre él, pero si no, volvería a ellos. También les dijo que permanecieran en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que hubiera allí, porque el obrero merece su salario. Les dijo que no pasaran de casa en casa.
¿Qué pasa si alguien no es digno de paz?
Si alguien no es digno de paz, la paz que los discípulos llevaron volverá a ellos.
¿Qué más les dijo Jesús que hicieran?
Jesús también les dijo que curaran a los enfermos en cada ciudad donde entraran y que dijeran "El reino de Dios se ha acercado a ustedes."