Jesús dijo que Dios lo abandonó porque cargaba con nuestros pecados y el Padre no podía estar con el pecado
¿Qué significa que Jesús cargó con nuestros pecados?
Cuando decimos que Jesús cargó con nuestros pecados, nos referimos a que él se ofreció a sí mismo como sacrificio para expiar nuestras transgresiones. Él tomó el peso de nuestras culpas sobre sí mismo y se ofreció como ofrenda para que pudiéramos ser liberados del castigo que merecíamos.
¿Por qué Dios no podía estar con el pecado?
Dios es santo y justo, y el pecado es una ofensa contra su santidad. Por lo tanto, la presencia de Dios no puede estar en presencia del pecado. Es por eso que Jesús, quien se hizo pecado por nosotros, sintió la ausencia de Dios en el momento de su muerte en la cruz.
¿Qué significa que Dios abandonó a Jesús?
Cuando Jesús dijo: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?", estaba experimentando la separación de Dios en ese momento en que cargaba con nuestros pecados. Él se sintió abandonado por Dios porque tomó sobre sí mismo la carga de nuestra culpa.
¿Qué significa esto para nosotros?
Este acto de amor y sacrificio de Jesús es la base de nuestra fe cristiana. Él se ofreció a sí mismo como el sacrificio perfecto para expiar nuestros pecados y reconciliarnos con Dios. Ahora podemos tener una relación con Dios gracias a lo que Jesús hizo por nosotros en la cruz.
¿Cómo podemos responder a este amor?
Podemos responder a este amor recibiendo a Jesús en nuestra vida y confiando en él como nuestro salvador y señor. También podemos vivir nuestras vidas en gratitud y obediencia a Dios, siguiendo el ejemplo de Jesús y compartiendo su amor con los demás.
¿Qué significa para nuestra vida diaria el hecho de que Jesús cargó con nuestros pecados?
Significa que no tenemos que llevar el peso de nuestras culpas y pecados por nosotros mismos. Podemos confiar en que Jesús nos ha liberado de esa carga y que podemos vivir en libertad y en la gracia de Dios. También significa que debemos vivir nuestras vidas de manera digna del sacrificio de Jesús, tratando de vivir una vida santa y agradable a Dios.
