Hechos 1:2 - La Promesa del Espíritu Santo
En el libro de Hechos, encontramos la historia de la Iglesia primitiva y su expansión desde Jerusalén hasta los confines de la tierra. En el capítulo 1, verso 2, encontramos una frase crucial que establece el punto de partida de esta grandiosa misión: "Hasta el día en que fue recibido arriba, después de que por el Espíritu Santo había dado instrucciones a los apóstoles que había escogido". Este verso nos habla de un momento crucial en la historia cristiana: la ascensión de Jesús al cielo y la promesa del Espíritu Santo a sus discípulos.
Antes de su ascensión, Jesús había pasado 40 días con sus discípulos, instruyéndolos y preparándolos para la gran tarea que les esperaba. Él sabía que no podía estar con ellos físicamente para siempre, pero les prometió que no los dejaría solos. En su lugar, les enviaría un nuevo ayudante, un consolador, un guía: el Espíritu Santo.
El Espíritu Santo: Un Nuevo Consolador
La Promesa del Espíritu Santo
La promesa del Espíritu Santo es central a la fe cristiana. Jesús, al hablar de su partida, no solo les promete un nuevo ayudante, sino que también les explica la importancia de su llegada: "Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os hará recordar todo lo que yo os he dicho" (Juan 14:26). El Espíritu Santo sería un nuevo acompañante, un consolador que les ayudaría a comprender las enseñanzas de Jesús, recordándoles todo lo que les había enseñado.
El Espíritu Santo: Un Guía
El Espíritu Santo no solo sería un consolador, sino también un guía para los apóstoles. Jesús les dijo: "Y yo rogaré al Padre, y él os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora en vosotros, y estará en vosotros" (Juan 14:16-17). El Espíritu Santo estaría con ellos permanentemente, guiándolos en su camino y revelándoles la verdad.
El Espíritu Santo: Un Poder para Testificar
El Espíritu Santo no solo les daría sabiduría y entendimiento, sino que también les daría poder para ser testigos. Jesús les dijo: "Pero recibiréis poder, cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta lo último de la tierra" (Hechos 1:8). El Espíritu Santo les fortalecería para dar testimonio de Jesús, no solo en Jerusalén, sino en todo el mundo.
Hechos 1:2 y la Misión de la Iglesia
El verso Hechos 1:2 es un punto de partida para entender la misión de la Iglesia. La ascensión de Jesús y la promesa del Espíritu Santo marcaron el inicio de una nueva era: la era de la Iglesia. Los discípulos, inicialmente temerosos y desorientados, fueron transformados por la llegada del Espíritu Santo. Recibieron el poder para hablar en otras lenguas, fueron llenos de valentía y entusiasmo, y comenzaron a predicar el mensaje de Jesús con una nueva fuerza.
La historia de la Iglesia primitiva, narrada en el libro de Hechos, es un testimonio de la potencia del Espíritu Santo. La Iglesia creció y se extendió rápidamente, desafiando las persecuciones y las dificultades, gracias al poder del Espíritu Santo que los guiaba, los fortalecía y les daba la sabiduría necesaria para cumplir su misión.
El verso Hechos 1:2 nos recuerda que la misión de la Iglesia no es solo una tarea humana, sino una obra divina. El Espíritu Santo es el poder que impulsa la Iglesia, la guía, la fortalece y la ayuda a cumplir su misión. Como creyentes, debemos depender del Espíritu Santo para la sabiduría, la fortaleza y la guía que necesitamos para vivir una vida cristiana plena y para compartir el mensaje de Jesús con el mundo.
Preguntas Frecuentes
¿Cuándo fue Jesús recibido arriba?
Hasta el día en que fue recibido arriba.
¿A quién dio instrucciones Jesús?
A los apóstoles que había escogido.
¿Cómo dio instrucciones Jesús?
Por el Espíritu Santo.