El Misterio del Hijo de Dios y la Herencia del Espíritu
La Profunda Revelación de Gálatas 4:4
En el corazón del mensaje de Pablo a los Gálatas, encontramos una verdad profunda y transformadora: "Pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley," (Gálatas 4:4). Este verso nos revela un misterio central del cristianismo: la encarnación de Dios en la persona de Jesucristo.
El verso nos presenta dos elementos cruciales. El primero es "el cumplimiento del tiempo". Este no es un tiempo arbitrario, sino un momento preordenado por Dios. Dios, en su sabiduría y plan eterno, tenía un momento perfecto para enviar a su Hijo al mundo. Este momento no era solo un evento temporal, sino la culminación de toda la historia humana. El tiempo se llenó de significado y propósito con la llegada de Jesús.
El segundo elemento es "Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley." Aquí se revela la asombrosa realidad de la encarnación. Dios, que es eterno e inmutable, toma forma humana, nace de una mujer y se somete a la ley de Moisés. Este acto de amor y humildad revela la profundidad del amor de Dios por la humanidad.
La Liberación de la Ley y la Adopción como Hijos
"Para que redimiera a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos," (Gálatas 4:5). La llegada de Jesús no solo trae la redención, sino también la adopción como hijos de Dios. La ley, aunque era un reflejo de la voluntad divina, se convirtió en una carga para la humanidad. Jesús, al cumplir la ley, nos libera de su yugo y nos permite acceder a la adopción como hijos de Dios.
Podemos entender la "adopción de hijos" como un acto de gracia y amor de Dios. Nos concede, por medio de la fe en Jesús, el estatus de hijos y herederos de su reino. La adopción implica una relación de intimidad y confianza con nuestro Padre celestial.
La Importancia de la Adopción
La adopción no se trata solo de un cambio legal, sino también de una transformación espiritual. Como hijos de Dios, recibimos el Espíritu Santo, que nos guía, nos fortalece y nos da acceso a la herencia celestial.
"Y porque sois hijos, Dios envió el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones, el cual clama: ¡Abba, Padre!" (Gálatas 4:6). La palabra "Abba" en griego es una expresión de cariño e intimidad, un término que un niño usaría para referirse a su padre. La adopción nos permite experimentar una relación personal y cercana con Dios.
Reflexiones Finales
Gálatas 4:4 nos recuerda que la llegada de Jesús no fue un evento casual, sino un momento planeado por Dios para liberar a la humanidad de la esclavitud del pecado y la ley. La adopción como hijos de Dios es un regalo de gracia que nos permite vivir en una relación de amor, confianza e intimidad con nuestro Padre celestial.
"Por tanto, ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, también eres heredero por la gracia de Dios." (Gálatas 4:7).
Preguntas Frecuentes sobre Gálatas 4:4
¿Qué dice Gálatas 4:4?
Pero cuando llegó la plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley,