"El que hace la voluntad de mi Padre": Un llamado a la acción

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En medio del bullicio de la vida, a veces nos olvidamos de lo que realmente importa. Nos dejamos llevar por las exigencias del día a día, por las presiones sociales, por el afán de acumular bienes materiales. Sin embargo, en el corazón de la enseñanza de Jesús, encontramos un llamado a la acción que nos recuerda cuál es nuestro verdadero propósito: hacer la voluntad de nuestro Padre celestial.

En Mateo 12:50, Jesús declara con contundencia: "Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre." Esta frase resonó con fuerza en el corazón de los discípulos de Jesús, y continúa resonando en el nuestro, siglos después.

Más que un vínculo familiar: Una comunidad de amor

La frase de Jesús no se refiere a una relación de sangre, sino a un vínculo mucho más profundo: la unión con Dios a través de la obediencia a su voluntad. Al hacer la voluntad de Dios, nos convertimos en parte de su familia, en hermanos y hermanas del mismo Padre. Esto no significa que dejemos de lado nuestros lazos familiares terrenales, sino que abrazamos una nueva familia, una comunidad de fe unidos por el amor de Dios.

Imagínate una familia en la que cada miembro se dedica a cumplir los deseos del padre. En esa familia, hay armonía, cooperación y amor. Cada miembro se siente seguro y protegido porque sabe que todos están trabajando juntos para un bien común. De la misma manera, cuando hacemos la voluntad de Dios, nos unimos a una familia celestial donde reina la paz, la alegría y el amor.

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¿Cómo podemos hacer la voluntad de Dios?

La voluntad de Dios no es un conjunto de reglas abstractas e inaccesibles. Se encuentra en las enseñanzas de Jesús, en su ejemplo de vida y en la voz de nuestro corazón.

Aquí te presentamos algunos puntos que te ayudarán a descubrir la voluntad de Dios:

  • Conocer y estudiar la Biblia: La Biblia es la palabra de Dios, y nos revela su voluntad, sus deseos y su amor para con nosotros.
  • Oración: A través de la oración, podemos comunicarnos con Dios, escuchar su voz y recibir su guía.
  • Servir a los demás: Ayudar a los necesitados, mostrar compasión por los que sufren, compartir nuestro tiempo y talentos con los demás, son acciones que reflejan la voluntad de Dios.
  • Vivir con integridad: La honestidad, la justicia, la bondad y la misericordia son valores que Dios nos llama a cultivar en nuestra vida diaria.

Más que un deber: Un privilegio

Hacer la voluntad de Dios no es un deber pesado que nos obligue a renunciar a nuestras propias aspiraciones. Es un privilegio, una oportunidad de vivir una vida llena de propósito y significado. Cuando nos entregamos a la voluntad de Dios, encontramos libertad, paz y alegría, porque estamos viviendo en armonía con nuestro creador.

Jesús nos ofrece la oportunidad de entrar en su familia, de ser sus hermanos y hermanas, de vivir en comunión con él. La pregunta es, ¿estamos dispuestos a responder a su llamado? ¿Estamos dispuestos a hacer la voluntad de nuestro Padre celestial?

Al abrazar la voluntad de Dios, nos abrimos a un mundo de posibilidades y oportunidades ilimitadas. Nos convertimos en instrumentos de su amor y su gracia, y podemos contribuir a la construcción de un mundo mejor.

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Preguntas frecuentes sobre Mateo 12:50

¿Quién es mi hermano, hermana y madre según Jesús?

Cualquiera que hace la voluntad de Dios.

¿Qué significa hacer la voluntad de Dios?

Vivir de acuerdo a los mandamientos y enseñanzas de Dios.

¿Cómo puedo saber cuál es la voluntad de Dios?

Leyendo la Biblia y buscando la guía del Espíritu Santo.

¿Significa esto que mi familia biológica ya no es mi familia?

No, pero Jesús está diciendo que nuestra familia espiritual es igualmente importante, si no más.

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