El Cordero Inmolado: Un Canto de Redención y Gloria
En las páginas sagradas de la Biblia, encontramos un símbolo potente y conmovedor: el cordero inmolado. Este símbolo, que evoca imágenes de sacrificio y redención, nos lleva a la figura central de la fe cristiana: Jesucristo. A través de su muerte en la cruz, Jesús, el Cordero de Dios, se convierte en el Cordero Inmolado que quita el pecado del mundo.
Apocalipsis 5:12: Un Canto de Alabanza al Cordero
En el libro de Apocalipsis, específicamente en el capítulo 5, versículo 12, encontramos un poderoso testimonio de la grandeza del Cordero Inmolado: "Que decían a gran voz: 'El Cordero que fue inmolado es digno de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, el honor, la gloria y la alabanza." Este pasaje nos revela la profunda reverencia y admiración que los seres celestiales tienen por Jesús, reconociéndolo como digno de recibir toda la gloria y el poder.
El Significado Profundo del Sacrificio
La imagen del cordero inmolado tiene un profundo significado teológico. En el Antiguo Testamento, los sacrificios de animales, especialmente de corderos, eran una práctica común para expiar los pecados. Estos sacrificios prefiguraban el sacrificio de Jesús, el Cordero perfecto, que con su sangre derramada, limpia los pecados de la humanidad.
El sacrificio del Cordero Inmolado no es solo un acto de expiación, sino también un acto de amor supremo. Jesús, a pesar de ser inocente, se entrega voluntariamente para rescatar a la humanidad de la esclavitud del pecado. Su muerte es un acto de amor sacrificial que nos da acceso a la gracia y la vida eterna.
Jesús, el Cordero Inmolado: El Camino a la Salvación
Jesús, como el Cordero Inmolado, se convierte en el centro de la fe cristiana. Su sacrificio en la cruz nos ofrece la oportunidad de reconciliación con Dios. A través de la fe en Él, podemos recibir el perdón de nuestros pecados y la promesa de la vida eterna. El Cordero Inmolado nos recuerda que la gracia de Dios es un regalo inmerecido, un acto de amor infinito que nos salva de la muerte espiritual.
Un Llamado a la Gratitud y la Adoración
La imagen del Cordero Inmolado, en el contexto de Apocalipsis 5:12, nos invita a una profunda reflexión sobre la grandeza de Dios y el sacrificio de Cristo. Nos recuerda que Jesús es digno de toda nuestra adoración y gratitud. Al contemplar su sacrificio, nos llenamos de esperanza, sabiendo que a través de Él, podemos tener una relación restaurada con Dios.
El Cordero Inmolado en la Biblia: Un Tema Recurrente
El tema del Cordero Inmolado no se limita a Apocalipsis 5:12. A lo largo de la Biblia, encontramos referencias a este símbolo que nos recuerdan la obra redentora de Jesucristo. En el Evangelio de Juan, Jesús se identifica a sí mismo como el "Cordero de Dios que quita el pecado del mundo." (Juan 1:29) Esta identidad de Jesús como el Cordero Inmolado es un testimonio de su sacrificio y su papel en la historia de la redención humana.
Un Símbolo de Esperanza y Redención
La imagen del Cordero Inmolado nos ofrece un mensaje de esperanza y redención. A través de su sacrificio, Jesús nos ofrece una nueva vida, un nuevo comienzo. Nos recuerda que no estamos solos en nuestra lucha contra el pecado y que la gracia de Dios es suficiente para nosotros.
Cada vez que contemplamos el Cordero Inmolado, somos llamados a recordar su sacrificio y su amor infinito. Somos llamados a vivir vidas transformadas por su gracia, reflejando su amor y compasión al mundo.
Preguntas frecuentes sobre el Cordero inmolado
¿Qué dice Apocalipsis 5:12?
"que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado digno es de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, el honor, la gloria y la alabanza."
¿Quién es el Cordero inmolado?
Jesús es el Cordero inmolado.
¿Por qué se dice que el Cordero inmolado es digno?
El Cordero inmolado es digno porque su sacrificio nos redime del pecado y nos da acceso a Dios.
¿Qué significa que el Cordero inmolado es digno de recibir poder, riquezas, sabiduría, fortaleza, honor, gloria y alabanza?
Significa que Jesús tiene autoridad sobre todas las cosas, y que merece toda la gloria y la alabanza.