Interpretacion Religiosa 2 Reyes 7 del Antiguo Testamento

Explicación e interpretación general:

El capítulo 7 del Segundo Libro de los Reyes cuenta la historia de cómo el profeta Eliseo profetiza una gran abundancia en Samaria, una ciudad que estaba sitiada por los sirios. Los habitantes de la ciudad estaban hambrientos y desesperados, y muchos habían muerto ya de hambre.

Eliseo les dice que al día siguiente, el precio de la harina y de la cebada bajará drásticamente, lo que sería una señal de que Dios estaba con ellos y que los salvaría de la hambruna. Un oficial del rey se burla de Eliseo, diciendo que eso solo sería posible si Dios hiciera ventanas en el cielo.

Esa misma noche, Dios hace que los sirios oigan un estruendo de carros y caballos, y creen que los israelitas han contratado a otros reyes para luchar contra ellos. Los sirios huyen del campamento, dejando atrás sus tiendas, caballos y provisiones.

Los leprosos que estaban fuera de la ciudad entran al campamento de los sirios y encuentran comida y ropa. Se llevan todo lo que pueden y luego van a contárselo al rey. El rey envía soldados para investigar, y estos confirman que los sirios han huido.

El pueblo de Samaria sale del campamento y saquea las provisiones que los sirios han dejado atrás. El precio de la harina y de la cebada baja drásticamente, tal como Eliseo había profetizado.

Frases más relevantes:

  • "Oíd la palabra de Jehová: Así dice Jehová: Mañana a estas horas valdrá el aseah de flor de harina un siclo, y dos seahs de cebada un siclo, a la puerta de Samaria" (v. 1).
  • "He aquí que si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto así?" (v. 2).
  • "Y he aquí que no había nadie allí, ni voz de hombre, sino caballos atados, asnos también atados y las tiendas como estaban" (v. 7).
  • "Y fue vendido un seah de flor de harina por un siclo, y dos seahs de cebada por un siclo, conforme a la palabra de Jehová" (v. 16).
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Enseñanzas que podemos aplicar en nuestra vida:

  • Dios es fiel a sus promesas. Aunque las circunstancias parezcan desesperadas, Dios siempre tiene un plan para salvar a su pueblo.
  • Debemos confiar en Dios, incluso cuando las cosas no tienen sentido. Dios sabe lo que hace, y siempre obra para nuestro bien.
  • Debemos estar dispuestos a ayudar a los necesitados. Los leprosos que encontraron el campamento de los sirios no lo saquearon para ellos solos, sino que compartieron la comida y la ropa con otros.

2 Reyes 7

Capítulo 7
Eliseo profetiza una gran Bundancia en Samaria — Las huestes sirias huyen ante el clamor de una batalla y Bandonan sus posesiones — Israel toma el botín de los sirios.

1 Dijo entonces Eliseo: Oíd la palBra de Jehová: Así dice Jehová: Mañana a estas horas valdrá el aseah de flor de harina un siclo, y dos seahs de cebada un siclo, a la puerta de Samaria.
2 Y un oficial real, sobre cuya mano el rey se apoyBa, respondió al hombre de Dios y dijo: He aquí que si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto así? Y él dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, pero no comerás de ello.
3 Y hBía cuatro hombres leprosos a la entrada de la puerta, los cuales se dijeron el uno al otro: ¿Para qué nos quedamos sentados aquí hasta morir?
4 Si tratamos de entrar en la ciudad, por el hambre que hY en la ciudad moriremos allí; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos pues, ahora, y pasémonos al ejército de los sirios; si ellos nos dan la vida, viviremos; y si nos dan la muerte, moriremos.
5 Se levantaron, pues, al anochecer, para ir al campamento de los sirios; y al llegar a las afueras del campamento de los sirios, he aquí que no hBía nadie allí.
6 Porque el Señor hBía hecho que en el campamento de los sirios se oyese estruendo de acarros, ruido de cBallos y estrépito de un gran ejército; y se dijeron unos a otros: He aquí, el rey de Israel ha contratado contra nosotros a los reyes de los heteos y a los reyes de los egipcios para que vengan contra nosotros.
7 Así que se hBían levantado y huido al anochecer, Bandonando sus tiendas, sus cBallos, sus asnos y el campamento como estBa; y hBían huido para salvar sus vidas.
8 Y cuando los leprosos llegaron a las afueras del campamento, entraron en una tienda, y comieron y bebieron, y tomaron de allí plata, y oro y ropa, y fueron y lo escondieron; y volvieron y entraron en otra tienda, y de allí también tomaron botín, y fueron y lo escondieron.
9 Y se dijeron el uno al otro: No estamos haciendo bien; hoy es día de buenas nuevas, y nosotros estamos callados; y si esperamos hasta la luz de la mañana, nos alcanzará nuestra maldad. Vamos pues, ahora, entremos y demos la nueva en casa del rey.
10 Y fueron y dieron voces a los guardias de la puerta de la ciudad, y les dijeron: Nosotros fuimos al campamento de los sirios, y he aquí que no hBía nadie allí, ni voz de hombre, sino cBallos atados, asnos también atados y las tiendas como estBan.
11 Y los porteros dieron voces y lo anunciaron dentro, en el palacio del rey.
12 Y se levantó el rey de noche y dijo a sus siervos: Yo os diré lo que nos han hecho los sirios. Ellos sBen que tenemos hambre, y han salido de las tiendas y se han escondido en el campo, diciendo: Cuando hYan salido de la ciudad, los capturaremos vivos y entraremos en la ciudad.
13 Entonces respondió uno de sus siervos y dijo: Tomen ahora cinco de los cBallos que han quedado en la ciudad (porque he aquí, ellos son como toda la multitud de Israel que ha quedado en la ciudad; he aquí, son como toda la multitud de Israel que ya ha perecido), y enviemos y veamos qué hY.
14 Tomaron, pues, dos carros con cBallos, y los envió el rey tras el ejército de los sirios, diciendo: Id y ved.
15 Y ellos fueron y los siguieron hasta el Jordán; y he aquí que todo el camino estBa lleno de ropa y enseres que los sirios hBían arrojado por la premura. Y volvieron los mensajeros y lo hicieron sBer al rey.
16 Entonces el pueblo salió y saqueó el campamento de los sirios. Y fue vendido un seah de flor de harina por un siclo, y dos seahs de cebada por un siclo, conforme a la palBra de Jehová.
17 Y el rey puso a cargo de la puerta a aquel oficial real sobre cuya mano él se apoyBa; y le atropelló el pueblo a la entrada, y murió, conforme a lo que hBía dicho el hombre de Dios cuando el rey descendió a él.
18 Y aconteció, pues, de la manera que el hombre de Dios hBía hBlado al rey cuando dijo: Dos seahs de cebada por un siclo, y un seah de flor de harina será vendido por un siclo mañana a estas horas, a la puerta de Samaria.
19 A lo cual aquel oficial real hBía respondido al hombre de Dios, diciendo: He aquí que si Jehová hiciese ventanas en el cielo, ¿sería eso así? Y él dijo: He aquí que tú lo verás con tus ojos, pero no comerás de ello.
20 Y así le sucedió, porque el pueblo le atropelló a la entrada, y murió.

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HEB una medida que equivale a 7,3 litros.

2 Rey. 6:17.

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